Marga
Marga Gil Roësset fue una niña prodigio, un genio. Educada, junto a sus hermanos, en un ambiente que potenciaba el desarrollo intelectual y artístico, destacó a temprana edad como dibujante. Se interesó por la escultura, donde demuestra gran maestría en el manejo de los materiales y un estilo personal con gran fuerza. Su vida se truncó muy pronto, se suicidó a los 24 años. Su obra permaneció en el ámbito familiar, envuelta en el halo de dolor que provocó su muerte. Su faceta de poeta se conoce mucho después, cuando se decide publicar su diario dedicado al amor imposible a Juan Ramón Jiménez, que escribío durante las últimas semanas que precedió a su suicidio.
Artista desconocida que merece ocupar un lugar destacado en la Generación de principios del siglo XX, al igual que sus compañeras de generación: Las Sinsombrero, que se vieron apartadas y silenciadas de la historia artística del país a causa de la Guerra Civil y la posterior Dictadura Franquista.
Las Sinsombrero
Las Sinsombrero es el nombre por el que son conocidas un grupo de mujeres pensadoras y artistas españolas pertenecientes a la generación del 27 nacidas entre 1898 y 1914.
El nombre de "Las Sinsombrero" viene de una anécdota en el Madrid de los años 20, que nos relata Maruja Mallo de la siguiente manera “Un día se nos ocurrió a Federico, a Dalí, a Margarita Manso y a mí quitarnos el sombrero porque decíamos que parecía que estábamos congestionando las ideas y, atravesando la Puerta del Sol, nos apedrearon llamándonos de todo”. Esta actitud transgresora pretendía romper la norma y, metafóricamente, en ausencia de la pieza que tapa la cabeza, liberar las ideas y las inquietudes. El mismo Borges se hizo eco de esta práctica en su artículo “Los intelectuales son contrarios a la costumbre de usar sombrero”.
El origen del nombre "Las Sinsombrero" para denominar a las mujeres pertenecientes a la Generación del 27 viene del proyecto transmedia del mismo nombre creado por Tània Balló Colell, Serrana Torres y Manuel Jiménez Núñez que tomaron la anécdota contada por Maruja Mallo para dar nombre al proyecto que acabaría denominando a estas mujeres.
En plena dictadura de Primo de Rivera, en una España todavía cerrada y de espaldas al mundo, este gesto, quitarse el sombrero, los convirtió en rebeldes, especialmente a las mujeres. Para ellas, prescindir del sombrero implicaba abandonar el corsé de la época y, por tanto, no conformarse con el papel de esposas y madres.
Madrid fue la ciudad donde la gran mayoría de ellas residieron, estudiaron y desarrollaron su actividad artística. Abiertas a nuevos conceptos de modernidad y a las corrientes de vanguardia que provenían de Europa, fueron también las recuperadoras de la tradición popular. Profundamente comprometidas con su tiempo y su realidad social, su actitud fue rompedora y abierta, transformando el panorama cultural y artístico de una España convulsa.
Sus aportaciones están todavía poco estudiadas y, en su gran mayoría, han quedado al margen de las antologías y los manuales de arte y literatura hasta nuestros días, aunque desarrollaron una actividad constante y destacada en campos tan variados como la escritura, la pintura, la escultura, la ilustración o la filosofía.
Biografía
Margarita Gil Roësset nace en 1908 en Madrid, en el seno de una familia de la alta burguesía. Hija de Julián Gil Clemente, general de ingenieros, y de Margot Roësset Mosquera, de origen francogallego y gran cultura. Era la segunda de cuatro hermanos: Consuelo (1905), Marga (1908), Pedro (1910, murío prematuramente) y Julián (1915).
Marga nació enferma y su madre logró sacarla adelante. Esto hizo que el vínculo madre-hija fuera muy estrecho y, a la larga, se convirtiera en un estricto y obsesivo control por parte de Margot a su hija.
Margot se ocupó personalmente de la educación de sus hijos, en especial de sus hijas Consuelo y Marga. Les inculcó una estricta moral cristiana, a la vez que fomentó sus habilidades artísticas e intelectuales. Desde muy niñas tocaban el piano, hablaban cuatro idiomas, visitaban museos por toda Europa y leían continuamente. Aprendieron a dibujar con el pintor José María López Mezquita.
Tan exquisita educación empezó a dar sus frutos. En 1920 se publica El niño de oro, un cuento infantil escrito por Consuelo e ilustrado por Marga, que tenía 12 años. En 1923 publican un segundo libro, Rose des Bois, esta vez Consuelo escribe en francés y Marga demuestra una gran maestría en la ejecución de las ilustraciones, diríase que son de una dibujante experta y conocedora de todos los recursos y secretos de su arte.
A partir de aquí las hermanas siguen caminos diferentes. Consuelo ingresa en la Facultad de Filosofía y Letras, y Marga comienza su andadura en el mundo de la escultura. Su manera de dibujar cambia significativamente. De un estilo modernista, simbolista, acorde con los grandes ilustradores del momento, su dibujo comienza a simplificarse marcando la vanguardia que ha de venir. Sus dibujos son el reflejo de lo que empieza a hacer en escultura: líneas claras, volumétricas, de gran fuerza expresiva que reflejan su mundo interior.
Trabaja con barro, escayola, granito. Su madre pide consejo al escultor Victorio Macho, pero él declina darle clases por ver en Marga un gran genio que ha de seguir su propio camino. Así Marga sigue su trayecto sin apenas referencias. Su estilo es marcadamente vanguardista y personal. Su inspiración viene del mundo de las ideas y los sueños, y de la temática que le marcan sus padres.
En 1930 expone por primera vez una de sus obras en la Exposición Nacional de Bellas Artes que se celebra en Madrid. Se trata su conjunto escultórico Adán y Eva. La crítica especializada se queda maravillada ante la maestría y fuerza que transmite la escultura realizada por una mujer tan joven.
Por entonces Marga se perfila como una de las más interesantes autoras de vanguardia del momento. No aparece apenas en las vivencias colectivas de los artistas de su generación. Quizás esto se deba a su condición de autodidacta, a su timidez y al férreo control familiar.
A través de Consuelo, conoce al matrimonio formado por Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez. Las hermanas admiran a Zenobia por sus traducciones de la obra de Tagore. Este encuentro supone una revolución en la vida de Marga. Se hacen amigos. Al poco, Marga les propone esculpir un retrato de Zenobia y otro de Juan Ramón. Ellos aceptan, así que Marga comienza el busto de Zenobia y va diariamente a casa del matrimonio para realizar su trabajo. Allí se siente bien, fuera de la presión materna, que la ahoga. Sueña con viajar a París a estudiar escultura, pero sabe que sus padres no se lo van a permitir. Juan Ramón le alienta a que realice dicho viaje y así realice esos estudios que le ayudarían a evolucionar como artista.
Mientras realiza su trabajo en casa de Zenobia y Juan Ramón, Marga se enamora al punto de obsesionarse. Ella no quería, pero ocurre. Se enamora de Juan Ramón, pero no es correspondida. Esto, unido a la negativa de sus padres a que viaje sola a París, debe ir con su madre, hace que se sienta acorralada, sin salida.
Toma una decisión y comienza a escribir un diario dirigido a Juan Ramón. El 28 de julio de 1932 Marga deja el escrito en casa de Juan Ramón diciéndole que no lo lea hasta pasados unos días y, entre lágrimas, se va. Se dirije a su taller donde destruye varias de sus obras. Luego va a una casa familiar que tienen en las Rozas y, tras escribir tres cartas de despedida pidiendo perdón a su madre, a su hermana y a Zenobia, se suicida con un disparo en la cabeza. Tenía 24 años. El dolor por tan trágica muerte ocultó su trabajo y su vida. Apenas se volvió a hablar de ella.
Póstumamente, en 1932, se publica tres ilustraciones suyas en un libro titulado Canciones para niños, escrito por Consuelo y libreto musical de su cuñado, José María Franco.
Pasarán varias décadas de silencio. En 1997, tras muchos avatares, se publican en el ABC dos artículos sobre Marga, en los que se rescata su memoria y se hacen públicos algunos fragmentos de su diario. Se descubre a la Marga poeta. En 2015 se publica el Diario de Marga completo, dentro de un proyecto que ideó Juan Ramón Jiménez para honrar su memoria. Este proyecto incluye, además del Diario, texto escritos por Juan Ramón, por Zenobia, por varios familiares de Marga y herederos del legado Jiménez-Camprubí.
Galería de dibujos
Desde muy pequeña recibe clases de dibujo junto a su hermana Consuelo, de manos del pintor José María López Mezquita. A los 12 y 13 años ilustra dos cuentos escritos por Consuelo: El niño de oro, primero, y Rose des Bois, después. Son dibujos de gran modernidad y técnica perfecta. Destaca su barroquismo y la expresividad que desprende. Recuerda a autores de la época cuyas obras se enmarcan en el modernismo y el simbolismo, como Manuel Bujados, Harry Clarke o Kay Nielsen.
Luego su dibujo se simplifica, se hace volumétrico, en clara referencia a su actividad de escultora que empieza a realizar.
Sus últimos dibujos publicados aparecen en un libro titulado Canciones de niños de 1932, con canciones de su hermana Consuelo y libreto musical de su cuñado José María Franco. Al contemplarlos nos recuerdan a las ilustraciones de El principito de Saint-Exupéry... ¿Se habría inspirado el autor de El principito en estas ilustraciones para realizar sus dibujos?
Galería de esculturas
Como escultora destacó en la maestría con que trataba los materiales, incluso algunos duros y difíciles de trabajar, como el granito. Al ser autodidacta, su estilo es muy original, no hay precedentes. Ella misma explica: "Yo intento siempre operar sobre mis esculturas de dentro afuera. Es decir, trato esculpir más las ideas que las personas[...] llevan el esfuerzo de querer manisfectar su interior." Sus figuras son volumétricas, de gran fuerza expresiva. Presentan una gran tensión, son rudas, fuertes. Como dice la escultora, transmiten una idea, una visión del mundo y de las emociones muy particular.
Zenobia nos relata la impresión que tuvo al contemplar las esculturas realizadas por Marga bajo las directrices marcadas por su madre. Le pareció que "de esas figuras compactas y encogidas se desprendió el mismo sentimiento de tristeza morbosa y sofocante que en los dibujos infantiles". Le preguntó a Marga si le gustaba lo que hacía y ella contestó que no, que lo detestaba y lo destruía a martillazos después de terminarlo.
Parece ser que Marga necesitaba liberarse de la influencia familiar para buscar su propio estilo. Su última obra, el busto de Zenobia, sugiere esa búsqueda. Da la sensación que el rostro surge de la piedra con ansias de libertad, transmite la angustia que provoca ese proceso de desprenderse de la influencia familiar para encontrar su propio camino.
Diario dedicado a Juan Ramón Jiménez
Siempre me he preguntado, al ver alguna fotografía de Juan Ramón Jiménez ya de mayor, por qué sus ojos expresan tanta tristeza... Y trabajando en este proyecto, he creído entender que la historia de Marga y su trágica muerte tiene algo que ver en esta tristeza.
Antes de su muerte, Marga entrega un texto a Juan Ramón Jiménez. Le pide que no lo lea ahora. Juan Ramón le hace caso creyendo que son poemas para corregir.
Cuando ocurre el fatal desenlace, el suicidio de Marga, se da cuenta que el texto es un diario dirigido a él, en el que Marga le explica el amor que le profesa y que no es correspondido. Este desamor puede ser una de las causas de su suicidio.
Juan Ramón decide guardarlo y prepararle una edición que publicar para homenajear la memoria de Marga. Junto al Diario, recopila textos y poemas suyos recordando su figura, así como textos de Zenobia en los que habla de sus impresiones sobre Marga. También incluye fotos, dibujos y manuscritos de la escultora.
Por avatares de la vida, el dolor que dejó muerte tan trágica, el caos provocado por la Guerra Civil, el exilio del poeta y el robo en casa de Juan Ramón, esta edición del Diario de Marga no verá la luz hasta muchas décadas después.
Será de manos de Carmen Hernández-Pinzón, hija del sobrino de Juan Ramón Jiménez, que se realiza la publicación del Diario. En ella añade un prólogo suyo recordando la memoria de su padre y de su tío-abuelo, y un texto de Marga Clark, sobrina de Marga Gil Roësset, en el que reivindica la memoria de su tía.
Entonces se dará a conocer a Marga como persona y artista. Se reconoce su faceta de poeta y sale a la luz su excelente trabajo como ilustradora y escultora. Todo un genio, con una fuerza arrolladora.
Saber más
Éste es mi homenaje, mi granito de arena, para hacer público el trabajo y la vida de una mujer excepcional: Marga Gil Roësset. Pertenece a la Generación de principios del siglo XX, donde surgieron grandes genios, tanto hombres como mujeres.
Mientras que a sus compañeros hombres son encumbrados en la historia española en la excelsa Generación del 27, las mujeres fueron relegadas al olvido. Para eliminar esta injusticia y dar a conocer a estas mujeres, surge el proyecto de Las Sinsombrero, al que me sumo con la publicación de esta página web.
Aquí presento la bibliografía que he utilizado sobre Marga Gil Roésset y su Generación Las Sinsombrero.
Sobre Marga Gil Roësset :
En internet:
Libros:
- Marga Edición de Juan Ramón Jiménez, 2015 Editorial Fundación José Manuel Lara
- Amarga Luz, Marga Clark, 2011 Ed. Funambulista
- El olor de tu nombre, Marga Clark, 2008 Ed. Huerga y Fierro
Sobre Las Sinsombrero :
En internet:
Libros:
- Pelea como una chica, Sandra Sabatés e ilustrado por Ana Juan, 2018 Editorial Planeta.
- Las Sinsombrero. Sin ellas, la historia no está completa, Tània Balló, 2016 Espasa Libros.
- Las Sinsombrero 2. Ocultas e impecables, Tània Balló, 2018 Espasa Libros.